La letra artificial
Extracto 1
A la nueva definición del libro también contribuyeron editores como William Morris, quien fundó en 1890 la Kelmscott Press, en la que se editaban libros en los cuales los artistas participaban en la concepción de la tipografía, la ilustración y el texto del libro. Sus ediciones, incluyendo una historia de los libros de artista, fueron decisivas en el campo de la tipografía y el grabado aplicado al libro.
El artista multidisciplinar Gelett Burgess procedente del diseño creó una revista llamada Le Petit Journal del Refusées, impresa sobre papel de pared, con forma trapezoidal y editada en xilografía que, aunque no estaba concebida como una pieza artística, es claramente un ejemplo de un tipo de edición lúdico y diferente.
Pero donde encontramos las raíces más profundas y la relación más estrecha entre la letra y la idea, el significante y el significado, el texto y la visión; es, sin duda, en los caligramas de Apollinaire, Morgenstern y Mallarmé. El caligrama es un texto, una frase o una palabra dispuesta de tal manera que representa el contenido; o dicho de otra manera, son poemas donde la disposición de los versos sugiere de forma gráfica el contenido. Su origen se fundamenta en los ideogramas chinos y japoneses donde esta relación es, en ocasiones, muy fuerte. De esta manera, la imagen se convierte en portadora de mensaje, y la escritura se convierte en imagen. Ya el poeta Rimbaud asignó colores a las letras vocales: A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul.
Extracto 2
Hay un tipo de libros artísticos que utilizan la letra como lenguaje escrito y a la vez como juego visual. En este apartado caben todos aquellos libros que utilizan letras bien de manera narrativa o como soporte plástico, incluyendo la poesía visual o concreta. Podemos decir que en este tipo de libro de artista, el texto es el puente entre la significación verbal y la expresión visual.
En la década de los sesenta se desarrollan albergados, en cierto modo por el auge del libro de artista, movimientos como el concretismo, el espacialismo o el letrismo, a caballo entre lo gráfico y lo poético. El llamado libro de letras, es decir un texto con o sin imágenes pero en el que la letra adquiere un protagonismo especial, aparece en 1962 con el libro de Daniel Spoerri, Topographie anecdotée du hasard. Según Anne Moeglin-Delcroix3 es el primer libro de artista francés, cuando ya esta denominación había sido aceptada por la mayoría de artistas, galeristas e impresores. El libro contiene un texto escrito por el propio Spoerri. Es un pequeño libro de 50 páginas en el que se describen, muy objetiva y exhaustivamente, los objetos que yacen sobre la mesa de su hotel en Mouffetard.